El Consorcio de la Ciudad de Toledo, encarga un informe de bases para estudiar la morfología, dimensiones, historia y estado de conservación de estos baños compuestos por dos salas.

La primera sala es de planta cuadrada, mientras que la segunda, de planta rectangular, se encuentra comunicada con la primera a través de, al menos una puerta, hoy día tapiada.

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La bóveda ochavada de la primera sala, formada por ladrillos cerámicos colocados a sardinel, presentan un óculo central por el que entraría la luz. Los propietarios actuales explican que existe un relleno del suelo de aproximadamente dos metros de altura, en el que se podían apreciar escalones perimetrales.

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En la bóveda de cañón de la segunda sala todavía se pueden apreciar las huellas de las huecos de entrada de luz cenital, que normalmente tenían forma estrellada, y que podemos corroborar gracias a informes de principios de s. XX. También en este caso la cota original de suelo se ha perdido, por lo que se puede suponer un relleno de la misma altura de la sala anterior.

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Como dato interesante podemos destacar que, en 1916, Rodrigo Amador de los Ríos realiza unas excavaciones a propuesta de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, de las que redacta un artículo titulado: “Memoria de los resultados obtenidos en las exploraciones y excavaciones practicadas en 1916”, que se publica en la “ Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos” ya en 1917. En esta memoria describe las bóvedas aportando datos interesantes, de los que podemos señalar:

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            - Describe tres órdenes de claraboyas y su morfología en la casa accesoria del número 8:

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“…en la cual bóveda se señalan tres órdenes paralelos y simétricos de claraboyas, en su mayor número deformadas y aún ciegas, pero de traza primitiva de estrella.”

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"Se hallaron tuberías de plomo, así como huellas del conducto de otra tubería en el intradós del arco cegado del comedio. Lo que le lleva a pensar que las salas son los sótanos de un gran edificio señorial del que se ha perdido memoria”.

 

Y añade:

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“…es más probable por su situación en un extremo de la ciudad y por su proximidad a la Judería Mayor, correspondieran con nivelación distinta, a las dependencias y baños particulares propios de la mansión señorial mencionada.”

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Debido a la ubicación de los baños dentro de la judería, se podría deducir que, la primera sala podría haber sido utilizada como baño ritual judío o miqvé. La segunda, tomando como patrón los baños árabes que convivían en la ciudad, podría tratarse de la sala caliente.

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